Hace unos años tomé contacto con María José Moore, porque había escrito un texto para niños y deseaba publicarlo, se lo pasé y felizmente a ella y a su socia, Clara Levin, que dirigían Color de León, editorial para público infantil les gustó. El libro, con las maravillosas ilustraciones de Eugenia Nobati, se publicó en 2013.

Tapa del libro que realicé con Eugenia Nobati

Además de Color de León, María José dirige Libraria, editorial especializada en artes, humanidades y ciencias sociales, con obras de perfil académico, que además de incumbir a gente formada en las áreas mencionadas, puede resultar de interés para un público no especializado. La editorial, en su página, http://www.librariaediciones.com.ar/, nos dice que «en todos los casos, privilegiamos la excelencia intelectual y la originalidad de los trabajos, y damos especial cuidado a la calidad de la edición y del diseño». Siempre nos gustó el material de esta editorial, por lo que quedamos en breve, realizar una entrevista con María José, para que nos cuente sobre su trabajo y próximas ediciones que se van a publicar en el futuro. Como adelanto, dejamos aquí un breve muestrario de su ya amplia lista de libros editados.

 

La producción audiovisual y su respaldo jurídico es un libro fundamental para quienes quieran comprender el trabajo de la producción audiovisual y todos sus aspectos legales. Raffo estudia detalladamente el proceso productivo, que comienza con una idea y finaliza con la comercialización del film, y se enfoca particularmente en el modo de trabajo en el mundo hispanohablante. La producción audiovisual analiza todas las etapas de la producción; es un texto exhaustivo y sistemático, que se nutre de la larga experiencia de Raffo como asesor legal en la producción de películas de pequeño, mediano y alto presupuesto, con las particularidades que presenta cada una de ellas.

Julio Raffo (Godoy Cruz, Mendoza, 1944) es diputado nacional por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Es abogado y ha sido asesor legal en la producción de más de 60 películas nacionales, muchas de ellas coproducciones internacionales, entre las que destacamos: En el nombre del hijo (J.  Polaco); El camino del Sur (J. B. Stagnaro); Los amores de Kafka (B. Docampo Feijóo); Guerreros y cautivas (E. Cozarinsky); Rapado (M. Rejtman); Ni el tiro del final (J. J. Campanella); Yo, la peor de todas (M. L. Bemberg); Un muro de silencio (L. Stantic); La ciénaga (L. Martel); La peste (L. Puenzo); ¡Que vivan los crotos! (A. Poliak); Vivir mata (Bebe Kamin); Un tal Funes (R. de la Torre); El viaje(P. Solanas); Tango feroz (M. Piñeyro);  El lado oscuro del corazón (E. Subiela); Cazadores de utopías (D. Blaustein); Loraldía, el tiempo de las flores (O. Aizpeolea);  La lección de tango (Sally Potter); Corazón iluminado (H. Babenco), Historias de amor, de locura y de muerte (N. Juárez); XXY (Lucía Puenzo); Cordero de Dios (L. Cedrón); Matar al abuelito (C. D´Angiolillo); Mar de amores (V. Dínenzon); Chile 672(P. Bardauil y F. Verdoia) y Acrobacias del corazón (T. Costantini).

Es profesor de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, Cuba. Fue profesor en la Universidad Católica de Río de Janeiro, en la Universidad Cándido Mendes, en la Universidad de Buenos Aires y en la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC); rector de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, coordinador ejecutivo del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y director del Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica (ISER). Además, es autor de varios libros, entre ellos  Derecho autoral. Hacia un nuevo paradigma, Ley de fomento y regulación de la actividad cinematográfica comentada, El proyecto de realización audiovisual e Introducción al Derecho (en coautoría). También dirigió la película documental Caseros, en la cárcel.

La producción audiovisual y su respaldo jurídico es parte de la Biblioteca ENERC|INCAA y fue publicado en coedición con la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC), dependiente del INCAA.

NOCHES DE SANO ESPARCIMIENTO

Históricamente, la censura ha sido entendida como la obra de un solitario, oscuro y delirante funcionario que ejerce el rol de “gran prohibidor” o, de manera alternativa y contradictoria, como un poder incorpóreo, asfixiante y omnipresente. Al margen de las diferencias, ambas representaciones invisibilizan a los grupos que la sostuvieron, ocultan sus prácticas y su proceso de producción y reproducción.

Noches de sano esparcimiento analiza la censura cinematográfica en Argentina a partir de concebirla como un espacio de negociación y conflicto basado en la lucha por la legitimación de determinados usos sociales del cine. Lejos de actuar puramente en el campo de la privación, la censura es un proceso cultural activo, que articula políticas de prohibición y promoción. Estas estrategias complementarias se orientan a un mismo objetivo: establecer los límites de lo decible. La censura no se limita a autorizar o prohibir, sino que define y redefine de manera permanente lo que puede ser dicho, de qué manera, por quién y a quiénes.

La censura durante el período 1955-1973 ha sido poco trabajada en comparación con el peronismo y la última dictadura militar. Sin embargo, se trata de un momento con una importante densidad histórica. Los grupos políticos y militares que se disputaban el control del aparato estatal, el empresariado cinematográfico local y transnacional, el clero y el laicado católicos jugaron un rol fundamental en la definición de las bases institucionales de un cine de orientación comercial entendido como mero entretenimiento, articulándolo con los cánones morales que bregaban por hacer del cine un adoctrinador de masas. Este acuerdo fue tensionado por el surgimiento de un movimiento modernizador cinematográfico que impugnó al cine entendido como un “sano esparcimiento”.

Fernando Ramírez Llorens es doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires e investigador del Instituto Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA) donde también coordina el Archivo Audiovisual. Se desempeña como docente de Historia de los Medios en la carrera de Ciencias de la Comunicación y de Historia Argentina en la carrera de Sociología de la UBA. Es miembro coordinador de la Red de Historia de los medios (REHIME). Ha publicado diversos trabajos en revistas nacionales y extranjeras sobre cine, política y sociedad.

Noches de sano esparcimiento resultó ganador del premio al 1er Concurso Nacional y Federal de Estudios sobre Cine Argentino. Es parte de la Biblioteca ENERC|INCAA y fue publicado en coedición con la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC), dependiente del INCAA.

BIOY CASARES VA AL CINE

No podía faltar en la colección Los escritores van al cine un título dedicado a Adolfo Bioy Casares. Salvo en el caso de Manuel Puig, en ningún otro escritor argentino la imaginación narrativa está tan ligada al cine como en Bioy. Adriana Mancini  avanza entre la vida y el cine, la vida y la literatura, y nos revela estas relaciones a partir de dos conceptos que son frecuentes en sus escritos críticos: el amor y la vejez. Los hallazgos nos entregan una biografía al sesgo que poco tiene que ver con las Memorias de Bioy o con su monumental diario sobre Borges. La Rambla de Mar del Plata, las bataclanas que alguna vez deseó, las relaciones complejas con Horacio Quiroga, la devoción por Louise Brooks, la vejez y el pacto fáustico, Primera plana de Billy Wilder y la dictadura militar: todos esos acontecimientos diseñan una figura en el tapiz cuyo secreto velado –pero sugerido de diversas maneras por la autora– es la madre. La visión desde el cine de Mancini nos revela a un Bioy desconocido en lo ya sabido: sabíamos que amaba a las mujeres, pero ignorábamos la relación con su madre; sabíamos que el cine era para él un plan de evasión, pero no conocíamos el momento en el que el cine se encontró con la política en su forma más despiadada; sabíamos que iba todos los días al cine, pero no llegábamos a visualizar que se trataba  de “un oráculo privado”.

Una de las anécdotas que narra Mancini concluye con una frase reveladora: “El cine ya había modelado su capacidad de percepción de la realidad”. Tal vez ahí esté todo el misterio de Bioy y su relación con el cine: ir al cine para Bioy no era desplazarse hacia otro mundo, sino entrar en el propio.

Adriana Mancini es doctora en Letras por la Universidad de Buenos Aires, donde se desempeña como docente e investigadora. Ha dictado seminarios y cursos en las universidades de La Plata, Venecia, Milán y Colonia. Tuvo a su cargo la edición de Walter Benjamin. Denkbilder. Epifanías en viajes (El Cuenco de Plata, 2011) y, en colaboración, la edición ilustrada de La ronda y el antifaz. Lecturas críticas sobre Silvina Ocampo (Facultad de Filosofía y Letras, UBA, 2009).  Ha publicado el libro Silvina Ocampo. Escalas de pasión (Norma, 2003) y artículos sobre ficción argentina en revistas especializadas nacionales y extranjeras. Actualmente, investiga acerca de la representación de la vejez y la muerte en la literatura argentina y latinoamericana.