ÉCHALE LA CULPA A SHAKESPEARE / CLASE 1 / HAMLET

Clases con películas sobre textos de Shakespeare llevados al cine, dictadas por Daniela Rizzo y Sergio Zadunaisky

INFORMES E INSCRIPCIÓN:

[email protected] / [email protected]/ 154 178 2080

“No hace falta caer en el tópico de que Shakespeare hoy habría sido guionista, puesto que, sin haber nacido hoy, lo ha sido, y de éxito. Sino que les pregunten a Welles, Mankiewicz, Olivier, Zeffirelli, Branagh, Polanski y a tantos otros cuyas películas se han beneficiado de sus potentes tramas y subtramas, sus inigualables personajes y sus arrolladores y siempre nuevos diálogos, de su bárbara elegancia”. (Fernando Trueba, realizador español)

“¿Si Shakespeare estuviera vivo, escribiría para Los Soprano dijo George Anastasia, periodista especializado (y eminencia) en crímenes y mafia americana. El inglés era un experto en crear personajes deplorables pero irresistibles para el público. De hecho, su obra dramática se fundamenta en los antihéroes. Así eran Ricardo III, Hamlet, Lear u Otelo y así es Tony Soprano” (El Confidencial)

Desde este jueves 5 de octubre a las 19, te invitamos a disfrutar de nuestras clases sobre Hamlet, Romeo y Julieta, Rey Lear y Macbeth, donde analizaremos las películas y realizadores que  llevaron las obras del genial dramaturgo a la pantalla, con filmes de Akira Kurosawa, Orson Welles, Franco Zeffirelli, Baz Luhrmann, Grigori Kozintsev y Laurence Olivier.

La actividad es arancelada, con dos opciones, podés concurrir por clase o y si elegís hacerlo por las cuatro, tenés descuento por el total.

Nos reuniremos los jueves de octubre de 19 a 20.30 en Yoi, Bakery & Caffe, Cuba y Mendoza, Belgrano.

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PROGRAMA


CLASE 1: HAMLET

El hombre y su dilema como centro de la existencia, la lucha entre pensar (la verdadera pasión de Hamlet) y ejecutar.

Análisis de las versiones realizadas por un actor que la interpretó magistralmente en el teatro y que en cine le valió el Oscar, LAURENCE OLIVIER (1948) y la considerada por la crítica la mejor adaptación de Hamlet de la historia, realizada por el ruso GRIGORI KOZINTSEV (1964)

CLASE 2: REY LEAR

«Con esta obra, pasas del amor al odio, vas al infierno y resucitas». Carme Elías, actriz española

Análisis de las versiones dirigidas por GRIGORI KOZINTSEV (1971) y AKIRA KUROSAWA (1985). El cineasta soviético escribió el guión a partir de la traducción al ruso que realizó Boris Pasternak en 1949. La puesta en escena austera, casi desnuda, se vale del polvo, la niebla, el viento, los nubarrones y la lluvia para crear una tragedia telúrica y sombría. Kurosawa, en cambio, la realiza en colores, acentuándolos, llevando su trabajo a niveles pictóricos (no olvidemos que el maestro japonés también pintaba).

CLASE 3: MACBETH

No hace falta recurrir al diablo para entender el mal, pero difícilmente podamos prescindir de Shakespeare.


Analizaremos y compararemos las versiones de ORSON WELLES,

Alucinada, minimalista y poderosamente expresionista adaptación de la obra clásica de Shakespeare. La cinta supone uno de los trabajos más geniales de su director. Rodada en apenas unas semanas con un presupuesto irrisorio.  El Macbeth  de Welles, a la vez primitivo y vanguardista, constituye un brillante ejemplo de cómo el genio y la creatividad de un verdadero cineasta, pueden elevar un producto de serie B a la categoría de obra de arte.

Trono de Sangre (1957). Esta impresionante obra maestra de Akira Kurosawa supone la mejor adaptación al cine del Macbeth de William Shakespeare. El director nipón traslada la acción de la obra original al Japón feudal previo a la era Tokugawa, donde los señores de la guerra rivalizaban entre sí por la conquista del poder. La película reflexiona sobre temas como el implacable curso del destino, la ambición desmedida, lo efímero de la existencia o la traición, ejemplificando la universalidad del texto shakesperiano y del arte de Kurosawa.

CLASE 4: ROMEO Y JULIETA

‘Romeo y Julieta’ es la historia de amor imposible más universal. Es intensa, poética, injusta, bella, visceral y contemporánea a todos los tiempos.

En este caso vamos a analizar y comparar a la clásica e inolvidable versión de FRANCO ZEFFIRELLI (1968), la más apreciable obra de su director, en la que ofreció una cuidada versión de la obra de Shakespeare, donde cada actor tenía la edad exacta que establecía el texto. Pese a la fiel reconstrucción, no se evita que en algunas ocasiones se caiga en lo relamido, aunque sin llegar nunca a los extremos de los últimos films de Zeffirelli. Por otro lado analizaremos la controvertida y excitante adaptación posmoderna del realizador de Moulin Rouge, BAZ LUHRMAN (1996). «Romeo y Julieta» funciona a varios niveles, como una ópera rock, como musical misceláneo, y como drama de corte clásico romántico.El papel esencial aquí del autor es haber tenido el valor de respetar el texto original de Shakespeare ( uno de los más bellos escritos de la literatura universal ) y modernizarlo con una asombrosa dirección artística, consiguiendo así invitar al espectador a una fiesta de gasa, tafetán purpurina y rock de primera calidad.

QUIÉNES DICTAMOS LAS CLASES

Daniela Rizzo

Actriz, investigadora de artes escénicas y docente de actuación y montaje escénico. Egresada de la ENAD, Licenciada en Actuación (UNA), parte de su formación la hizo con Pompeyo Audivert y Cristina Moreira, entre otros. Ha trabajado además como productora ejecutiva y gestora cultural.

Sergio Zadunaisky

Estudió realización cinematográfica en el IDAC, docente de Medios en el I.V.A., realizó actividades de cine para adultos y niños en la Feria del Libro, Centro Cultural Borges, Centro Cultural Konex y actualmente en establecimientos educativos y domicilios particulares. Escribió un libro para niños y redacta crítica de cine y teatro.

SOBRE HAMLET

El Hamlet de Laurence Olivier

El padre de Hamlet (Laurence Olivier), rey de Dinamarca, ha sido asesinado secretamente por su tío Claudio (Basil Sydney), que ha asumido el trono. Pero Hamlet sabe del asesinato porque el fantasma de su padre se le ha aparecido y se lo ha confesado. Hamlet, clamando venganza, encuentra a una banda de actores errantes y los contrata para interpretar una obra en la corte real, mostrando a un rey siendo asesinado por su hermano, en circunstancias idénticas a las Claudio asesinó al padre de Hamlet… esperando así poder confirmar la culpa de Claudio viendo su reacción.

HAMLETISMO
Cuando un autor o personaje de ficción tiene su propio adjetivo (o sustantivo común o abstracto) ya se ha asegurado un lugar en la historia de la cultura: platónico, aristotélico, pitagórico, cartesiano (de Descartes), nietzscheano, marxista, estalinista, horaciano, dantesco, petrarquista, cervantino, quijotismo, quijotesco, bovarismo (de Madame Bovary), oblomovismo (de Oblomov, del escritor ruso Goncharev), picassiano, freudiano, stoniano (de los Rolling Stones)… y, cómo no, HAMLETISMO (hamletiano, hamletizar, etc.).

El Hamlet ruso, de Grigori Kozintsev

«Este Hamlet se abstrajo aún más de la obra y pasó a encarnar lo que se ha daqdo en llamar «hamletismo» (…) Ningún otro nombre de personaje en las obras de Shakespeare, y pocos en otras obras literarias, han llegado a representar una actitud ante la vida, una filosofía (…) [el hamletismo] llegó a poseer un amplio abanico de significados, todos entrelazados, que provienen de una imagen de Hamlet como bien intencionado pero inoperante, lleno de palabras pero incapaz de conseguir nada, adicto a la melancolía y asqueado del mundo que le rodea, un Hamlet que contempla la posibilidad de suicidarse, que habla de la muerte como un dormir, o un Hamlet en el cementerio, calavera en mano, encarándose con la muerte» (R. A. Foakes, Hamlet versus Lear: Cultural Politics and Shakespeare’s Art, Cambridge, Cambridge University Press, 1993, págs 19-20; citado en la Guía de Lectura preparada por Clara Calvo para la edición de Ángel-Luis Pujante de Hamlet en Espasa-Austral, pág. 275-276)

No es de extrañar, por tanto, que mucha gente recuerde citas de la obra («ser o no ser…», «el resto es silencio», «words, words, words», «flaqueza, tienes nombre de mujer», etc.), que la escena de Hamlet con una calavera en el cementerio se haya convertido en un icono de nuestra cultura o que se haya adaptado a la pantalla innumerables ocasiones.

El primer aspecto atañe a la importancia o no de la originalidad en Shakespeare. Sabido es que la anécdota de “Hamlet” procede de una leyenda, con posible base histórica, surgida en la península de Jutlandia —Dinamarca— en el siglo VI y recogida hacia 1208 por el historiador Saxo Grammaticus en su Gesta Danorum: Orvendil, rey de Jutlandia, es asesinado por su hermano Feng, que desposa a continuación a la viuda Geruth. El hijo de Orvendil, Amleth, se finge loco para no morir también a manos de su tío. Aun así, éste envía a Amleth a Inglaterra con una carta sellada para el monarca de ese país (¡en la que le pide que acabe con su sobrino!). Amleth cambia el escrito por otro en el que solicita casarse con la princesa inglesa. Finalmente vuelve a su patria, se deshace de Feng, y es coronado rey.

Al parecer Shakespeare habría conocido la historia de tercera mano, a través de la recopilación de François de Belleforest “Histoires Tragiques. Extraicts des Oeuvres Italiennes de Matteo Bandello” (1559-80), que le habría aportado además el personaje de Ofelia y la aparición fantasmal del padre de Hamlet. Y por si todo esto no bastara como inspiración, existe más de un documento del siglo XVI referido a una obra escrita probablemente por Thomas Kyd décadas antes que la de Shakespeare y hoy desaparecida, en la que se habría desarrollado el grueso dramático que luego dio cuerpo a “Hamlet”, escrita en la frontera con el siglo XVII.