LA MULA (CLINT EASTWOOD, 2018) y UNA HISTORIA SENCILLA (DAVID LYNCH, 1999)

En esta nota repasamos el reciente estreno de la película de Clint Eastwood, y la comparamos con la película realizada por David Lynch en 1999.

Una Historia Sencilla: Basado en la historia real de Alvin Straight, un hombre de 73 años que viajó cientos de millas en una cortadora de césped para visitar a un hermano enfermo y romper décadas de silencio.

La Mula: Basado en la verdadera historia de Earl Stone , un veterano de la guerra de Corea de 90 años, que dedicó gran parte de su vida al trabajo de la horticultura, y que un día decide trabajar realizando envíos con su vieja camioneta por varios estados como mula de un cartel de narcotráfico mexicano, sin ser en principio consciente de lo que está trasladando.

RELACIÓN ENTRE AMBAS PELÍCULAS

Al ver el último filme dirigido y protagonizado por Clint Eastwood, uno recuerda “Una Historia Sencilla” (David Lynch, 1999) no sólo porque las dos se basan en casos reales o por el argumento en sí, sino por ciertas afinidades temáticas, sobre todo por tener ambas a un protagonista masculino en la última parte de su vida, realizando una acción en pos de sanar viejas heridas con su familia, el reencuentro con los seres queridos y también, sobre todo, de saldar cuentas personales con ellos mismos por acciones que cometieron en el pasado. Las dos son road movies, ese subgénero de películas donde el camino es metáfora e historia al mismo tiempo.

En el caso del filme de Lynch, un hermano se empeña en cruzar medio Estados Unidos en una podadora de césped, realizando una gesta épica e íntima contra todo pronóstico agorero; en el caso de la película de Eastwood, es el compromiso personal de un hombre que por su apariencia física y edad decide ser carguero de droga para un cartel.

También se acercan las historias por su narración clásica, sorprendiendo en un realizador posmoderno como David Lynch (lo más cercano en su filmografía a este tipo de narración sería “El Hombre Elefante”, de 1980), Eastwood mantiene su línea, cercana al cine de John Ford o de Howard Hawks, con gran pulso narrativo, centrando la acción en sus personajes, sin una búsqueda de ruptura formal como sí Lynch lo había hecho en  películas como “Cabeza Borradora” o “Corazón Salvaje”.

Ambas, son grande películas, donde podemos ver la maestría y capacidad de sus realizadores, para llevar adelante sus propósitos artísticos. Y ambos buscan rescatar lo mejor de sus personajes, lejos de posturas cínicas, con historias cálidas, humanas, llenas de sentimiento.

Dato anecdótico: A Lynch le decían el James Stewart Marciano, al personaje de Eastwood lo relacionan más de una vez en la película con James Stewart.

Sergio Zadunaisky