Kaurismäki se acerca a nuestro ciclo de cine nórdico al aire libre en Borges 1975
marzo 21, 2017
Aki Kaurismäki en el Festival de Cannes
Dos finlandeses se encuentran en un bar. Después de horas de silencio, un hombre levanta su copa y le dice a su compañero: «Cheers». El otro hombre responde, «Yo no he venido aquí para conversar.»
El mundo de Aki Kaurismäki, sin duda, le debe mucho al semblante inexpresivo de su patria, como se evidencia en esta broma finlandesa tradicional, aunque su cine es muy distintivo y reconocible al instante también por casi cualquier fotograma de sus películas. La unión que forja entre el realismo social y la estilización visual, y entre la comedia y un humanismo cálido pero seco, son una huella distintiva en su filmografía.
Kaurismäki es, de hecho, casi sin ayuda el responsable del rejuvenecimiento de la industria del cine finés en la década del ´80. En los últimos veinte años, se ha convertido en uno de los auteurs preeminentes de arte internacional de cine, el minimalismo de fusión y el melodrama para representar vivamente las dificultades de la clase obrera y trabajadora de su país. Sus películas, sin embargo, nunca son didácticas. En su lugar, puede llegar a realizar bromas extremas sobre temas como la endeble situación económica de sus personajes, la crueldad del desempleo o la burocracia del Banco Mundial, con aires de humor negro. Así, mientras la crítica social siempre está presente, se expresa en el humor para suavizar el golpe.
Las composiciones elegantes y un diseño muy colorido, son de en una belleza visual de ensueño aunque no ocultan la triste realidad que enfrentan sus personajes, lo que aumenta la sensación de otro mundo que es tan único a su trabajo. La influencia de Kaurismäki en otros cineastas es evidente de inmediato en la producción de varios de sus contemporáneos – en particular aquellos que se inclinan hacia la estilística inexpresiva, como Jim Jarmusch, Tsai Ming-Liang y Corneliu Porumboiu-y en la última década, la mayoría de las películas de otros directores que salen de Finlandia, que caen notablemente bajo su sombra.
El domingo 26 de marzo a las 20, te invitamos a ver «Sombras en el Paraíso».
SOBRE SOMBRAS EN EL PARAISO
FINLANDIA: Sombras en el Paraíso (Aki Kaurismäki, 1986) Duración: 76 MINUTOS
Aki Kaurismäki responde a la perfección al concepto de cine de autor. Sus películas son personalísimas, responden a una visión de las cosas y a un modo de contar que se dirían irrepetibles.
Su primera película de la trilogía del proletariado remite a Robert Bresson en estilo y a R.W.Fassbinder en tono, y es un exponente perfecto de la sensibilidad y el estilo del cineasta más importante de Finlandia: melancolía, jazz y rock, pequeñas tragedias y esperanzas discretas, un cuidado ostensible sobre los colores, encuadres precisos y cierto antinaturalismo en las interpretaciones. Magnánima y minimalista, Sombras en el paraíso centra su relato en el paulatino vínculo que se establece entre un recolector de basura y una cajera de supermercado. Helsinki no es necesariamente una postal paradisíaca del famoso estado de bienestar finlandés, aunque el estándar de la clase obrera es claramente superior al de otras naciones. La violencia social es difusa pero evidente, y la tristeza ciudadana es una constante. En el inicio, el repentino fallecimiento de un obrero condensa la filosofía del film, así como un plano secuencia sobre unos comensales pudientes explicita su política. La única redención identificable en el imaginario del director es el amor romántico, aunque su concepción lo exorciza del sentimentalismo berreta del cine hollywoodense y le confiere un grado de verosimilitud poética. (Roger Koza / Copyleft 2013)