«Mi preocupación es encontrar formas divertidas de volver a inventar lo real”. Agnes Varda

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Comenzamos el 3 de agosto, a las 20, por Zoom.

Programa en https://dalecine.com/el-cine-de-agnes-varda-mas-alla-de-todo-canon-y-regla/

ABUELA” DE LA NOUVELLE VAGUE, PIONERA DEL FEMINISMO EN EL CINE

La historia del cine y el feminismo no se entienden sin Agnès Varda, y aunque su muerte entristeció hace muy poco a Europa y el mundo, su legado como la abuela de la Nouvelle Vague permanece vivo. En 1955, su ópera prima, La Pointe Courte, fue considerada la piedra angular de la Nouvelle Vague, convirtiéndola en una de las figuras icónicas del cine francés, de denuncia social y feminismo.

En 1962 se convertiría en una nueva voz del cine francés con Cleo de 5 a 7, le seguirían películas como La felicidad (1965), Las criaturas (1966), Una canta, otra no (1977), Las cien y una noches (1995), Los espigadores y la espigadora (2000) hasta llegar a Caras y lugares (2017).
Fuese en el género, medio o contexto que fuese, el estilo de Varda formó parte del movimiento que cambió nuestra forma de ver las películas y, particularmente, cambió el modo en que hablábamos de las historias de mujeres.

“En una escena de ‘Los Espigadores y la Espigadora’ (2000), quizás su documental más célebre, Agnès Varda viaja por carretera intentando cazar los coches con sus dedos. Es un juego de perspectiva, casi una broma de la cineasta con sus espectadores, pero también una señal inequívoca de su personalidad, de su mirada única hacia el mundo que la rodeaba. Era una mujer que veía más allá de una pintura clásica, de un montón de basura o incluso de una patata con forma de corazón. Para la francesa, la realidad estaba llena de pequeños detalles que nos hacen reflexionar sobre quiénes somos y cómo nos relacionamos con nuestro entorno.

Agnès Varda falleció a los 90 años siendo un referente del cine femenino y feminista. Uno de los pocos que han conseguido colarse en un «canon» abrumadoramente masculino y la única que gozó de protagonismo durante la Nouvelle Vague, donde frente a clásicos como ‘Los 400 golpes’, de François Truffaut, y ‘Sin Aliento’, de Jean-Luc Godard, ella puso su magnífica ‘Cleo de 5 a 7’ (1962). En este relato demostró su talento para la ficción en una historia que habla sobre la experiencia femenina, el dolor, el miedo y la autoestima, a las que sumó películas destacadas en el campo del documental.

Fuese en el género, medio o contexto que fuese, el estilo de Varda formó parte del movimiento que cambió nuestra forma de ver las películas y, particularmente, cambió el modo en que hablábamos de las historias de mujeres”. Fotogramas

Dinámica: Análisis de dos películas por clase, que lxs participantes ven previamente (se les proporcionará un link para poder verlas).