Entrevista al equipo de "Rayito de Sol", la obra de Natalia Villamil
enero 27, 2018
«RAYITO DE SOL, un amor sin tiempo es una travesía femenina de amor. Una mujer que a través de una ventana imagina la vida de las otras y refleja la propia. Relata con humor y dulce melancolía sus peripecias amorosas en las que se cuelan su cotidianidad como mujer, iluminando con crudeza poética el derrotero que supone superar los miedos y los obstáculos para vivir su propio deseo.» (Texto publicado en Alternativa teatral, lugar donde pueden adquirirse las entradas para presenciarla en Espacio Callejón, Humahuca 359 http://www.alternativateatral.com/obra55037-rayito-de-sol
A fines de 2017 nos invitaron a ver el preestreno de «Rayito de Sol, un amor sin tiempo», con la actuación de Leticia Torres, dramaturgia de Natalia Villamil y dirección de Cintia Miraglia. Disfrutamos mucho al verla, y nos gustó tanto que quisimos entrevistar a sus protagonistas, Leticia, Natalia y Cintia, quienes hablaron con Dale Cine de su trabajo en la obra. Agradecemos mucho que hayan accedido a este reportaje. La recomendamos y les pedimos que no se la pierdan, el texto es impecable, la dirección es certera y la actuación de Leticia Torres, excelente.
ENTREVISTAS
NATALIA VILLAMIL
-¿Cuánto demoró la confección de la obra desde la idea hasta su puesta a punto?
La obra la terminé de escribir en enero 2016 aproximadamente, no puedo ser muy clara respecto del tiempo de escritura, porque además de que pasó mucho tiempo, siempre voy alternando con algún otro trabajo y por tanto no es un tiempo específico dedicado a una obra en particular.
La realidad es que me lleva tiempo escribir y que me deje conforme. Creo que Rayito quedó a punto luego de un año de trabajo, interrumpido, como aclaré antes.
-¿Qué motivó la idea de la obra?
Generalmente son imágenes que motivan la escritura, en el caso de Rayito los quioscos ventanas de los pueblos, las mujeres de los pueblos chicos. Los amores y desencantos. Los hijos. Siempre los hijos.
-Vimos en Rayito a un personaje que poco a poco va desatando nudos, creando una fortaleza en sí misma, desafiando convenciones en su cotidiano, un territorio que ella parece expandir con su actitud. ¿Puede el deseo ser el motor para el cambio y la transformación?
En Rayito creo que el motor para el cambio es el amor, que tal como lo entiendo yo es deseo anudado a la vida. Cuando ella se da cuenta que no es solo una atracción sino que también está involucrado su corazón, ahí se anima a cambiar. El amor todo lo puede para ella. Pero a su vez, la desesperación resulta motor, porque ella se va dando cuenta, que la posibilidad de enamorarse de otro hombre que no sea el marido, la desespera, y a su vez cuando regresa con sus hijos es el amor de madre, el valor de madre lo que la motoriza, y también la vuelve a acompañar la desesperación porque en ese regreso está desesperada porque la vuelvan a querer.
-En “Noemas” tomabas como eje y disparador el universo de Cortázar, tuviste algún referente en este caso?
Sí. El universo femenino de los sueños. El universo de Mauricio Kartún.
-¿Tenés algún proyecto nuevo en danza (el baile)?
Tengo como proyecto recuperar mis clases de danza por el momento. Alguna vez fantaseo con volver… pero creo que no.
-¿Por qué recomendarías “Rayito de Sol”? Qué puede encontrar la gente cuando vaya a verla?
Rayito de sol es una obra entrañable. Es un paseo por un mundo de sueños compartidos. De tristezas existenciales y de poderosas alegrías.
Hay humor, posibilidades identificación con el personaje, hay poesía, pero hay palabras cercanas también.
Es una obra que mantiene lo cotidiano pero que a su vez permite un universo mágico, como el que viven los verdaderos cronopios.
-¿Cómo llegó el texto de Natalia a tus manos y qué te pasó al leerlo?
Yo ya había trabajado con Nati en una obra anterior que se llamaba Bordes, co escrita y dirigida por Cintia también. De ahí conocía yo a las chicas y teníamos la experiencia de trabajar juntas. Hace un tiempo me convocaron ambas con la idea de hacer Rayito de sol, impulsadas además de por el deseo de hacer teatro, por las ganas de encarar un proyecto con perspectiva y temática de género que pueda trascender el espacio teatral y el contexto de una temporada convencional. Cuando lo leí me gustó mucho, quise desde el minuto cero a ese personaje y me dieron enormes ganas de ponerle el cuerpo. Me encanta la poética de Natalia al escribir y cómo se desprende sutilmente el humor de los textos y situaciones que plantea. También era un desafío hermoso darle verdad a esa realidad llena de poesía que plantea el texto.
-¿Qué sucede al interpretar a tu personaje, cuál es tu punto de anclaje con él?
El punto de anclaje que encuentro claramente es que ambas somos mujeres, tengo en mi ADN los mandatos que culturalmente recibimos y entonces entiendo sus contradicciones, dudas y reacciones. Qué se espera de nosotras (o lo que nosotras creemos que se espera, lo que sentimos como Deber) y qué queremos ser en realidad, no es algo que siempre coincida. Cuando es más fuerte complacer nuestro propio deseo que el de la mirada ajena, nos aventuramos literalmente a vivir. Y aunque, como siento que me sucede a mí personalmente, viva de esa manera a diario, las contradicciones siempre aparecen, las represiones, las críticas internas que nos van frenando y deteniendo. Eso le pasa a Rayito todo el tiempo. Y eso es lo que me acerca a ella, que conozco esas sensaciones desde adentro, en primera persona.
-La respuesta del público durante tu actuación es muy vívida, pensamos que es por cómo interpretás a tu personaje. ¿Sentís ese feedback mientras estás actuando?
El feedback con el público en un monólogo es para mí fundamental, es el aire y el alimento. Sea cual sea la reacción, más exterior o más imperceptible, pero entrar en sintonía con lo que va pasando en la platea para mí es vital. Si no, me sentiría realmente muy sola y no me daría el placer que me otorga estar en escena. La obra propone además muchas situaciones de humor que habilitan la risa, una forma clara y exterior de manifestarse, y eso hace que sea más notoria la reacción del público. En este caso no trabajo para generar esa risa, si no para darle verdad y vida a lo que sucede. Esa verdad, esa cercanía con el personaje, ese saber que «podría ser yo», es lo que genera empatía, que muchas veces se expresa a través de la risa. Pero si el público se expresa de otra manera, inclusive de manera menos audible, también se puede percibir la tensión o la atención con que se involucra con lo que hago.
-¿Cómo fue tu trabajo con Cintia? ¿Por qué recomendarías esta obra?
El laburo con Cintia fue como siempre muy fluido, de mucho juego, probando y desechando con libertad y confianza. Lo que más valoro y me gusta de trabajar con Cintia, además de su búsqueda estética con la que encuentro mucha afinidad, es su manera de encarar el proyecto artístico, con sinceridad y autenticidad, sabiendo adónde quiere llegar pero cuando es necesario, abriendo al equipo las inquietudes o las dudas respecto al proceso, para encontrar juntas las respuestas.
Recomiendo que vayan a ver Rayito de sol porque van a pasar un muy buen momento, porque viajando por diferentes emociones van a conocer una historia de amor que de a ratos puede ser muy divertida. Y porque hay un gran trabajo de un gran equipo atrás y adelante, que se nota y mucho.
Desde la dirección el principal desafío se centró en el hecho de ser una obra de un solo personaje. Poder sostener un relato que expone la participación de otras voces, pero hacerlo desde una única presencia corpórea en escena. Decidir cuál sería la dirección principal de esas voces y de qué manera se harían presente en la obra, sin caer en la imitación o mímica, todas estas cuestiones resultaron desde el inicio centrales.
-¿Qué te atrajo del texto de Natalia?
Su sensibilidad, sin duda. Rayito de sol, un amor sin tiempo es una obra que toma temas de nuestra cotidianidad como mujeres y los despliega con humor pero también con una crudeza que impacta por momentos. Toma la historia de una mujer, pero a la vez habla de muchas otras, que oprimida y subyugada por un ambiente de violencia doméstica, se le presenta la oportunidad del amor. Se trata de un derrotero de cuatro estaciones plagado de intensas emociones.
-¿Cómo fue el trabajo con Leticia Torres? Vimos una muy buena perfomance en el arco que cubre su personaje, desde el inicio hasta el final de la pieza
Intenso. Mucho trabajo y horas de mates y cuerpos. Leticia es una actriz potente y comprometida, entregada a la tarea y aguerrida ante el desafío. Junto a Natalia Villamil indagamos en cada pulso de Rayito, intentando encontrar los modos de expresión particulares o un lenguaje singular que nos permita contar una historia plagada de sinsabores pero abordada con humor y ternura.
-¿Por qué recomendarías “Rayito de Sol”, qué puede encontrar el que vaya a verla?
Recomiendo que no dejen de ver Rayito de sol, un amor sin tiempo porque el trabajo de Leticia Torres es verdaderamente hermoso de presenciar. Nos lleva con su fuerza, humor y sensibilidad a un viaje de inquietantes emociones, que a través de una simple ventana se va desplegando hacia un infinito de historias cotidianas, donde seguramente nos sentiremos reflejados en alguna de ellas.