Visiones Urbanas: La Ciudad en el Cine
Coordina Sergio Zadunaisky (Estudió realización cinematográfica en el IDAC (Instituto de Arte Cinematográfico), es docente de medios en el Instituto Vocacional de Arte (IVA), publica crítica de cine y es escritor).
CLASE 1: BERLIN
Wim Wenders acerca de Berlín
(…) Berlín es una ciudad muy peculiar porque resultó muy dañada durante la guerra y porque la división de la ciudad continuó esa destrucción. Berlín tiene muchos espacios vacíos. Puedes ver casas flanqueadas por enormes huecos, porque la casa vecina fue destruida y aún no se ha reconstruido. Esos muros desolados se conocen como Brandmauern (cortafuegos) y apenas existen en otras ciudades. Esos espacios vacíos parecen heridas, y me gusta la ciudad por sus heridas. Muestran su historia mejor que cualquier libro o documento histórico. Cuando rodé “Las Alas del Deseo”, me di cuenta de que buscaba esos espacios vacíos, esa tierra de nadie. Sentía que la ciudad se definía mejor en los espacios vacíos que en los llenos. (…)
Las ciudades pueden mostrar y exhibir su historia; pueden hacerla visible u ocultarla. Pueden abrirnos los ojos, como las películas, o cerrarlos. Pueden maltratarnos o alimentar nuestra imaginación.”
El curso se desarrollará en Belgrano los martes de enero a las 19. Informes e inscripción en [email protected] o al 154 178 2080.
Se les pedirá a los asistentes que en lo posible vean al menos dos películas sobre la ciudad antes de cada clase. No son necesarios conocimientos de cine para asistir. Se puede concurrir por clases individuales.
Películas a las que se hará referencia (se verán escenas de las mismas)
La ciudad en movimiento: “Berlín, sinfonía de una gran ciudad” (Walter Rutmann, 1927)
El documental Berlin, Symphony of a Great City fue filmado durante más de un año con cámaras escondidas para lograr el efecto más real y cotidiano posible, logrando transmitir esa atmósfera industrial y caótica pero a la vez inocente de la ciudad en esos años, con el apoyo de la música de Edmund Meisel.
El espectáculo como refugio: “Cabaret” (Bob Fosse, 1972)
Este drama musical, basado muy libremente en una obra de Broadway, se ha convertido en una de esas obras tan populares que se han convertido en un icono. De entrada, Cabaret no es una película que parezca ofrecer nada especial al espectador puesto que nos cuenta una argumento trilladísimo: la clásica historia de amor entre dos personajes contrarios, Brian Roberts, un académico inglés, y Sally Bowles, una alocada cabaretera americana, los cuales se conocen en el Berlín de principios de los años 30, cuando el nazismo comenzaba a emerger con fuerza.
Aún así, este argumento al final acaba siendo un pretexto para sumergir al espectador en el sórdido mundo del cabaret y music hall así como en la Alemania de la época, cuando el desastre estaba cada vez más cerca. Y es aquí donde el film gana fuerza y tiene sentido, en aprovechar esta historia de amor para recrear ese contexto.
Hermosa y espeluznante: “Olimpia” (Leni Riefenstahl, 1938)
La grandiosidad que exhibe Riefenstahl, reforzada a lo largo de todo el documental, tiene el mismo objetivo que la exhibición de innumerables personas formadas frente al líder en los actos del partido. Este objetivo tiene la función de explicitar una respuesta homogénea del pueblo alemán. Y cuando aparecen los primeros planos de algún grupo de personas siempre sirven para reforzar el general de la masa.
Además, las personas forman parte de un todo que se organiza de una manera milimétrica, trazada, adoptando esquemas militares que llenan los grandes planos generales. La idea que se transmite es, aun dentro de un marco deportivo, que hay una gran fuerza dispuesta a seguir fielmente al líder.
La presencia del líder es otro de los elementos a tener en cuenta. Hitler aparece siempre atento, vigilante, comentando con sus subordinados. La iconografía del uniforme del Führer dota al espectáculo deportivo de un aditamento militar.
Tragedia Berlinesa: “Alemania año cero” (Roberto Rossellini, 1948)
Berlin, 1947. En el periodo más duro de la posguerra, millones de personas se afanan entre las ruinas de la capital alemana por sobrevivir como pueden en medio de la destrucción causada por la guerra. Entre ellas se encuentra Edmund Moeschke, un niño de 12 años, cuya familia se encuentra en una difícil situación. Acogidos de mala gana en una casa ajena, con su padre gravemente enfermo, el hermano mayor veterano de la Werhmacht ocultándose de la policía, y su hermana alternando con soldados aliados, Edmund deberá asumir responsabilidades de adulto para ayudar a sus parientes. En sus andanzas en busca de comida por la ciudad Edmund volverá a encontrarse con un antiguo profesor, el Señor Enning, quien le inculcará ideas nazis, precipitando una serie de trágicos acontecimientos.
Capitalismo, comunismo e ironía: “Uno, dos, tres” (Billy Wilder, 1961)
En 1961, el equipo de Wilder en Berlín estaba en pleno tercer acto. Y la casualidad quiso que en pleno rodaje tuviera lugar un acontecimiento arquitectónico, la construcción del muro. Ese hecho marcaría el destino de una película que nació como una comedia para terminar en tragedia.
Un, dos, tres es una historia perfectamente orquestada, cargada de una genialidad de locura tras locura, contradicciones simbólicas, que multiplican al cuadrado las puntadas de cinismo de esta cinta. Una obra en blanco y negro, tan ácida y magnífica que sólo podía estar firmada por Billy Wilder.
Detrás de las paredes: “La vida de los otros” (Florian Henckel, 2006)
El preciso guión de ‘La Vida de los Otros’ se sitúa en 1984, cuando un oficial de la Stasi, la policía secreta del régimen comunista de la antigua República Democrática Alemana, es encargado para vigilar a una pareja, ella actriz de teatro, y él escritor. La vida de ambos, vigilada hasta el más mínimo detalle, irá influyendo de manera radical en el oficial, afectando a su vida y sus ideales de una forma verdaderamente drástica.
Vista desde las alturas: Las alas del deseo (Wim Wenders, 1987)
Win Wenders, según sus propias palabras, después de pasar una temporada en EEUU, quiso volver a Berlín con la idea de hacer un film sobre ángeles y sobre la ciudad dividida por el muro.
Dos ángeles observan Berlín desde las alturas y se acercan a los seres humanos con inmensa ternura. Los ángeles Damiel y Cassiel forman una curiosa pareja. Están entre los humanos sin que puedan ser vistos, sólo los niños se percatan de su presencia. Tampoco pueden tocarlos, ni hablarles, son meras presencias que pasan desapercibidas entre las personas. Pese a su gran bondad y sus intentos de cuidar a los humanos, no pueden actuar para modificar el curso de los acontecimientos.
La ciudad reunificada: “Tan Lejos, Tan Cerca, Wim Wenders, 1993)
Wenders, seis años después de Las Alas del Deseo, se encuentra maravillado por el reencuentro con el Berlín oriental. Fascinado por el reencuentro, se recrea en la decadencia romántica de sus edificios que aún conservan las heridas de la guerra. Y se vale de la visión omnipotente de los ángeles para indagar en el pasado de las cosas, mostrándonos una ciudad que, aunque ilusoria, actúa como una lupa que nos anima a indagar detenidamente en todo lo que el Berlín real esconde.
Mentiras piadosas: “Goodbye, Lenin!” (Wolfgang Becker, 2003)
Berlín, 1989: un hijo decide ocultar a su madre que ha caído el Muro mientras ella estaba en coma. Auténtico taquillazo en Alemania y el resto de Europa, esta historia no es sólo una entretenida y original comedia, sino también un agridulce retrato de las renuncias personales que conllevó aquel momento histórico. Interesante la visión de aquel tiempo de los antiguos habitantes de la R.D.A.
Tres maneras de contar: “Corre, Lola, Corre” (Tom Tykwer, 1998)
Tres historias alternativas de locura, desenfreno y vértigo. Al ritmo y con cadencias publicitarias y afines al vídeo clip, el director nos muestra una ciudad desde puntos de vista y velocidades inusuales a partir de un argumento simple. Las imágenes mandan.