TRANSFORMACIÓN Y ESPERANZA, EL CINE DE DÖRIS DORRIE
Doris Dörrie
Taller coordinado por Sergio Zadunaisky en La Blanco Encalada, Belgrano
“La levedad y el humor con que Dörrie suele abordar los conflictos humanos en sus «comedias de relaciones» han despertado el interés en masa en su país, donde su cine, especialmente desde el film «Hombres» (1985), ha sido casi siempre un fenómeno de taquilla. Esa película, que aquí pasó directo al video, en su época fue un paso más allá de la infidelidad femenina al poner en primer plano a dos hombres que sólo comparten el deseo por una misma mujer (casada con uno de ellos) y les hace plantear su modo de vida y las finalidades de su interés en el progreso social. Luego, «Nadie me quiere» hizo foco en una protagonista de 29 años que vive sola, angustiada porque a esa edad dice que tiene «más probabilidades de que le caiga una bomba que un hombre».
Aunque su último título «¿Soy linda?» pueda resultar una mera reducción del universo femenino interesado por la belleza, los personajes de Doris Dörrie, hombres y mujeres alemanes, salen de su país en busca de la felicidad. Quieren ser otras personas y piensan que podrán ser más dichosos en el sur de España, al calor de la colorida Sevilla.
En una entrevista con La Nación, recién llegada de Alemania con su hija de 10 años, Doris Dörrie contó: «El título lo saqué de un cuento que escribí. Y nombré así a la película porque la pregunta de si soy linda, en realidad, tiene que ver con la pregunta de si soy querible, si soy feliz o si valgo para que me quieran. Porque uno no se plantea directamente si es feliz o si es amado, que es muy riesgoso. Y sí, en cambio, se pregunta: «¿soy linda?», porque entonces uno puede creer que si parece más linda, más joven, ahí sí podrá ser feliz. Lo veo siempre en las revistas femeninas que expresan muy claramente ese deseo de llegar a la felicidad a través de la belleza.
Doris Dörrie dijo alguna vez que con tal de conseguir la más ansiada felicidad es capaz de tolerar el mayor de los infortunios. Para poder hacer cine en su país «no tuve que soportar demasiados pesares, ya que siempre me consideré privilegiada por haber hecho lo que quise», dice quien tras su paso por escuelas de cine en Nueva York y Los Angeles, resistió la tentación de desarrollar su cine en Hollywood.
«Pero en mi vida privada sí tuve muchos problemas -continúa-. Mi esposo murió el segundo día de rodaje de «¿Soy linda?», con lo cual tuve que posponer el proyecto durante un año. Durante mucho tiempo no quise terminar la película, pero no tuve elección, me obligó la compañía de seguros. Entonces me dije: «tengo que poder hacerla»».
Si algo caracteriza a las realizaciones de Dörrie es la simplicidad con la que encara los conflictos de sus personajes y lo accesible de su material para todos los públicos. Ella subraya que es una intención deliberada, ya que «mi lema en la vida es hacer lo difícil más ligero. Ya de por sí lo pesado es pesado y no hay necesidad de hacerlo peor. Además, los alemanes somos famosos por lo denso y lo trágico. Entonces, tengo como la tarea deportiva de convertir todo en algo más liviano. Como espectadora quiero que una historia me conmueva, pero a su vez quiero salir de la película con cierta ligereza. Nadie dice: «Vamos a ver este film porque me dijeron que después de verlo salís fantásticamente deprimido».
Aunque profesa cierta equidad en el tratamiento de sus personajes, Dörrie expone a los hombres de sus películas a realizar un arduo trabajo para entender a las mujeres y, principalmente, para entenderse a sí mismos. «¡Pobrecitos! -dice-. Ellos tienen que trabajar siempre. Es que si a un hombre se le quita su trabajo ya no sabe qué hacer y no sabe quién es. Diferente es para la mujer. Por ejemplo, si a mí me quitaran el cine me quedaría la posibilidad de escribir, si también me la quitaran podría ser madre, algo que no me pueden quitar. Pero si el hombre pierde su trabajo, lo que define su identidad, se convierte en una figura débil. Ejemplo claro es lo que sucedió con la población de la Alemania oriental después de la caída del muro de Berlín: tanto hombres como mujeres perdieron sus trabajos. Ellos cayeron en una gran depresión y las mujeres reaccionaron de manera más flexible y se fueron ganando sus pequeños empleos.» (Texto extraído del diario “La Nación”).
Para realizar este curso no son necesarios conocimientos de cine. Se sugiere ver las películas a tratar antes de cada clase. Actividad arancelada. Capacidad limitada.
Duración: Módulo de un mes con encuentros semanales de dos horas
Los celos hacen que un marido espíe a su mujer y descubra que esta mantiene un romance con otro hombre. Con el paso del tiempo, entre el marido y el amante surge una relación que se transforma en amistad.
Aparentemente, “Hombres” parece una comedia de de guerra de sexos sin pretensiones, pero Doris Dörrie sabe llevar el enredo a niveles de sarcasmo y lucidez alto, dándonos una visión del mundo masculino nada complaciente.
“Desnudos” (Nackt, 2002)
Emilia y Felix, Annette y Boris, y Charlotte y Dylan son amigos íntimos desde hace muchos años. Pero los buenos días han pasado hace tiempo. Emilia y Felix han roto recientemente y todavía están pasando por los duros trámites de la separación. Felix está financieramente mal, mientras que el fulgurante éxito de Dylan con sus inversiones en bolsa le han convertido, a él y a su mujer Charlotte, en millonarios, aunque no más felices. Por su parte Annette y Boris parecen realmente felices a primera vista pero… ¿Lo son realmente? Una noche comienzan a jugar a ver si son capaces de, con los ojos vendados y sin ropa, reconocer a su pareja exclusivamente por el tacto de sus manos. Entonces descubren más de lo que nunca quisieron saber acerca de las feromonas y sus sentidos… y que estar desnudo es mucho más que quitarse la ropa.
Clase 2
“Nadie me quiere” (Keiner Liebt Mich, 1994)
Fanny Fink y su inefable amigo Orfeo
Fanny Fink (Maria Schrader) trabaja como agente de seguridad en el aeropuerto de Colonia y vive en un edificio de apartamentos donde la gente no se conoce. A ella le gustaría encontrar un hombre no fumador, que trabaje y que tenga departamento. Uno de sus vecinos es Orfeo (Pierre Sanoussi-Bliss), un africano gay, pintoresco y encantador, que no puede pagar el alquiler, y se refugia en casa de Fanny. Entre ambos comienza una relación de amistad que deparará a Fanny muchas sorpresas.
“Soy linda?” (Bin ich schön?, 1998)
El eterno deseo de ser otra persona aparece en esta película alemana de la conocida directora Doris Dörrie. En ella, una mujer se embarca en un matrimonio equivocado para poner fin a su apasionado amor por otro hombre, quien a su vez encuentra en España a otra mujer, en una suerte de danza ritual en círculos.
Dos hermanos están viviendo una etapa difícil en sus vidas: Gustav es un experto en feng shui e intenta buscar su paz interior y Uwe no encuentra sentido a su existencia desde que su mujer le abandonara. Juntos emprenden viaje a Japón para alejarse de su entorno cotidiano y encontrar la tranquilidad, pero los problemas les persiguen allá donde van: nada más pisar tierra pierden sus pasaportes, se quedan sin dinero y no saben volver al hotel en el que se hospedan.
“Cerezos en flor” (Kirschblüten – Hanami, 2008)
Cerezos en Flor, una de las varias incursiones de la directora por Japón
Trudi es la única que sabe que su marido Rudi está gravemente enfermo de cáncer. Siguiendo el consejo de su médico, deciden hacer juntos un último viaje. Trudi convence a su marido y van a visitar a sus hijos y nietos en Berlín. Sin embargo, éstos están demasiados inmersos en sus propias vidas para ocuparse de ellos. Tras ir al teatro a ver un espectáculo de danza Butoh, Trudi y Rudi deciden marcharse y pasar unos días en un hotel en la costa del mar Báltico.
Clase 4
“El pescador y su mujer” (Der Fischer und Seine Frau, 2005)
Esta película se basa en un relato tradicional que elaboraron los hermanos Grimm: narra la historia de un pescador que captura un pez, que era en realidad un príncipe encantado. Su esposa tiene una ambición sin límites y le pide a ese pez mágico que le otorgue sucesivas viviendas cada vez más lujosas y encumbradas posiciones de poder. Ya vendrá el castigo ejemplar. Dörrie le agrega otro relato fantástico: una pareja casada dejó de amarse después de tres años y fueron transformados en peces. Ellos son los narradores de la historia. Sólo podrán volver a su condición original si encuentran otro hombre y mujer que sigan amándose después de tres años de estar juntos.
“Fukushima, mon amour” (2016)
Otro cruce entre oriente y occidente en el cine de Doris Dörrie
Rodada en un blanco y negro impecable, la acción siempre está anclada al pasado y la memoria. Bien no dejando que el espectador se olvide del desastre de Fukushima, bien porque ambas protagonistas están atadas a sus pasados. Como suele ocurrir en el cine de la realizadora alemana, el choque cultural poco a poco irá dando paso al conocimiento del otro, el entendimiento y el respeto. Solo así, con esta amistad, podrán ambas rehacer sus vidas y no vivir rodeadas de fantasmas. Un detalle importante es que la directora ha contado con gente que realmente aún vive en Fukushima, dándoles de esta forma visibilidad y apoyo moral para su difícil situación. Pero, pese a lo que pueda parecer, Doris Dörrie nunca usa un tono excesivamente triste ni condescendiente, su historia sabe desmarcarse de la sensiblería desmesurada y da puntuales toques de humor para que la bisagra emocional no chirrie.