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Jim Jarmusch es un cineasta interesado en lo que sucede en los márgenes de la vida. Él no está preocupado por el «qué» o los «porqués» de acciones de las personas, como la mayoría de los cineastas, sino más bien en cómo llegaron allí. (Senses of Cinema)
“No hay nada original, todas las expresiones humanas son variaciones infinitas, hay un número limitado de historias que puedes contar, pero hay un número ilimitado de formas de contar la misma historia.” (Jim Jarmusch)
“El cine es un arte que problematiza el tiempo, y de ahí que tenga sus vínculos más estrechos con la música. ¿Cuánto debe durar una nota y qué combinaciones permite?, equivaldría a pensar en ¿cuánto debe durar un plano y qué combinaciones permite? En rigor, la mayoría de las cuestiones esenciales del cine, están ligadas a la temporalidad: usos del flashback (tiempo hacia atrás) y del flashforward (tiempo hacia adelante), implicancias de las elipsis (cortes temporales) y del montaje alternado, abusos del plano-contraplano, momentos y razones en los que el relato se acelera o detiene, construcción del espacio mediante el montaje interno del plano, o lo que hacen u omiten en su transcurrir los personajes. Y el cine de Jim Jarmusch tiene, por núcleo básico de su poética, la interrogación sobre el tiempo” (Sergio Wolf, “El tiempo congelado”, Revista Film).
Hubo una película emblemática de los años sesenta: el filme Busco mi destino, de Dennis Hopper, de 1969. En ese entonces, la rebeldía juvenil se encontraba en el centro de la escena y en su punto más alto. El cuestionamiento del “american dream” –el sueño americano de libertad, consumismo, privacidad familiar, patriotismo y beligerancia– se hacía sentir por todas partes. Las movilizaciones de la juventud sacudían los cimientos de la sociedad.
Después vino el descontento y el repliegue. Ya, en los años ochenta, la rebeldía fue suplantada por la apatía. Fue una época de reacción: la era Reagan. Algunos intérpretes comenzaron a hablar de la irrupción del “american insomnia” para describir el nuevo estado de situación.
En este entorno, el cine de arte propone una estética minimalista: personajes que deambulan sin rumbo ni destino; perdedores, derrotados, outsiders, antihéroes que se desplazan por paisajes decadentes; la cámara que recurre a los pequeños detalles, a los gestos mínimos, sin dramatismo, buscando captar los sentidos vitales de un mundo sinsentido, buscando una dirección, cuando se han perdido los objetivos finales.
Dentro de esta propuesta minimalista se destaca un joven director, Jim Jarmusch (USA – Ohio, 1954). Para él, “las pausas son a menudo más importantes que las palabras. Ese momento de calma en el que la gente no está diciendo nada es mucho más importante que el diálogo”. Queda definida, así, una clara antítesis a la estética y la narrativa clásica hollywoodense.
Su obra está influenciada por la de cineastas norteamericanos como Nicholas Ray y Samuel Fuller, pero también por la de europeos como Bresson, Antonioni, el primer Fassbinder, o por el japonés Yasujiro Ozu. (El cine de Jim Jarmusch (en http://dodeca.org/escuela/lenguaje/cine-jim-jarmusch/)
PROGRAMA
CLASE 1
PERMANENT VACATION (1980)
El film narra la historia de un joven Bohemio, Allie ( Chirs Parker),un inadaptado social y un pensador que vaga por las calles de Manhattan. Fluye por las calles y se deja llevar por la marea de un viento que promulga el laissez faire laissez passer, hace de ojo al espectador mientras vemos, durante un tramo de su vida, su ser existencial. Su búsqueda a través de la ciudad se transforma en una huida de la misma, encontrándose con unos personajes tan inadaptados o más que él (una loca en mitad de la calle, a su madre que está en un centro psiquiátrico, un vagabundo que le habla del efecto Doppler, un muchacho que es su mismo reflejo, etc ). Desde este momento ya demostró que el drama no le interesaba.
Este film refleja desde ya algunas de las señas de identidad de Jarmusch, entre otras:
– Mirada cuasi documental de la realidad, teniendo como telón de fondo las calles de las urbes y la utilización de personajes inadaptados que buscan su lugar en el mundo. (Muchos dicen que esa obsesión sobre los personajes de Jarmusch viene a raíz de su pelo cano desde joven, se sentía como un extranjero, un extraño). El escritor Paul Auster define a los personajes como lacónicos, retraidos, tristes, farfullantes.
– Desde Permanent Vacation ya demostró interesarse más por esos momentos intrascendentales, donde no ocurre nada, más que en el propio drama. Centrándose en el desarrollo de la atmósfera y los personajes, seres que habitualmente viven en un tiempo muerto continuo (Como diría Allie en el film: «¿Qué es una historia excepto uno de esos dibujos que se hacen uniendo puntos?»)
– Sacar a la luz sus influencias literarias, musicales y undergrounds.
– El tener el dinero suficiente para rodar una buena película, no para llenar salas de cine (es un gran enemigo de las grandes productoras).
EXTRAÑOS EN EL PARAISO (STRANGER THAN PARADISE, 1984)
Extraños en el paraíso obtuvo inmediatamente un enorme éxito de crítica; fue premiada con la prestigiosa Camera d’Or del Festival de Cannes y reconocida desde entonces como una de los obras insignia del denominado cine independiente norteamericano. Vista hoy, la película de Jarmusch no ha perdido un ápice de su frescura ni del subversivo espíritu juvenil con que fue concebida, y su propuesta estética sigue siendo considerada una de las más audaces del cine contemporáneo.
(…) Jarmusch desecha los métodos tradicionales del cine clásico, que ofrecen una ilusión de transparencia y linealidad en la narración a través de una concepción decimonónica del relato y del montaje invisible, para volver a experimentar las sensaciones de los primeros cineastas. El espectador es mantenido siempre en una posición de exterioridad con respecto a lo sucedido en la pantalla y no se le involucra mediante el habitual sistema de descomposición de la acción en planos-contraplanos, primeros planos … La sucesión de los planos secuencia está regida por una progresión cronológica en la presentación de los hechos, aunque estos no suscitan un desarrollo dramático tal como se nos suele proponer convencionalmente: se privilegian los tiempos muertos (los personajes viendo la televisión, durmiendo, caminando, esperando…) en aras de filtrar lo incidental, de hacer un relato más cercano a la vida y, en definitiva, menos anecdótico. Esta desdramatización va unida necesariamente a un trayecto narrativo abrupto, en el que la ilusión de continuidad se ve sustituida por una sensación de incompletud.
(Jaime Natche en “Miradas de Cine”)
CLASE 2
BAJO EL PESO DE LA LEY (DOWN BY LAW, 1986)
El cine de Jim Jarmusch resulta inequeparable debido a la originalidad y la desvergüenza con las que aborda los distintos géneros o subgéneros, saltándose casi siempre los convencionalismos imperantes y reescribiendo a su modo cada uno de ellos. Down by Law, definida por el realizador como una “neo-beat-noir-comedy”, es una deliciosa tragicomedia carcelaria en blanco y negro (extraordinaria fotografía de Robby Muller, por entonces colaborador habitual de Wim Wenders) que funciona como fábula sobre la libertad, el compañerismo, la marginalidad o la pérdida del sueño americano.
MYSTERY TRAIN (1989)
Jarmusch prueba esta vez con el uso del color, reflejando de este modo el peculiar y extravagante argumento del filme: compuesto por tres historias independientes que ocurren simultáneamente en el mismo lugar, el Arcade Hotel de Memphis. Sólo un detalle, que será descubierto a medida que pasan los minutos, les une: la presencia, de uno u otro modo, del Rey del Rock, Elvis Presley.
En Mystery train la figura de un mito tan potente como Elvis da significado de tres maneras distintas a las vidas de los personajes principales, totalmente independientes entre ellos. Jarmusch con su gusto por revisar su país, en esta cinta disfruta tratando el mítico sur de Estados Unidos ligado al blues y el rock. La figura del mayor mito musical de la historia del sur de Estados Unidos funciona en tres niveles diferentes. En el primero y más simple, como un chiste que sirve de conexión entre los tres cortometrajes durante todo el rodaje, especialmente en dos casos: la figura del rey en un cuadro en todas las habitaciones del hotel a la que, ni mucho menos, se ignora y la canción Blue moon que en las tres historias escuchan los protagonistas.
Jarmusch también muestra como la cultura japonesa siente profunda admiración por los mitos, las fábulas y leyendas de Estados Unidos. Pero no desde un sentido de interés por la investigación o por la Historia, sino abrazando únicamente la vertiente más superficial, la que se ve en la televisión, la que se estampa en las camisetas.
CLASE 3
UNA NOCHE EN LA TIERRA (Night on Earth, 1991)
Como ya iba siendo habitual en el cine de Jarmusch, la película está compuesta de varias historias unidas por un hilo común, en este caso todas suceden una noche al mismo tiempo y en taxis. El motor es casi siempre la relación entre taxista y pasajero, que se ve reforzado por la capacidad que tiene el director de saber escoger los actores adecuados para cada historia. Sin embargo, también cabe decir que no sólo era su película más ambiciosa hasta el momento, sino también la que más se acercaba al cine convencional. Jarmusch siempre había sido un defensor del cine de los tiempos muertos, de basar sus films en momentos que otros cineastas ignorarían por irrelevantes. Sus películas estaban llenas de largos planos en los que los diálogos a menudo no desembocaban a nada, simplemente eran los instantes que le interesaba capturar al director y guionista. En Noche en la Tierra es cierto que sigue habiendo un poco esta tendencia, pero en las historias uno encuentra claras moralejas o gags totalmente buscados que antes no existían o, como mucho, eran esbozados muy levemente. De todos modos no pretendo insinuar que esto sea un elemento negativo de por sí, y más cuando el resultado final es más que notable.
EL CAMINO DEL SAMURAI (Ghost Dog, 1999)
«Ghost Dog: The Way of the Samurai» es una película que encaja bien en el esquema narrativo de Jarmusch. Incluso la sinopsis puede explicarse como la sucesión de anécdotas que sufre un personaje. Así, la historia avanza según las acciones de Forest Withaker: un samurai que sirve como asesino a sueldo a su «maestro». Él es un asesino visto con la óptica moderna, pero se ciñe al código de los samurais y acata las órdenes de su jefe; en verdad, es un guerrero. El protagonista es anacrónico y su personalidad es surrealista, por ello, comparte el mismo molde con los protagonistas de la filmografía de Jarmusch. Además, es un hombre marginal, que vive en un tejado y que sólo se comunica con palomas mensajeras. Si a esto añadimos que los hechos ocurren en una urbe norteamericana, ya vemos muchos rasgos importantes del director.
CLASE 4
FLORES ROTAS (Broken Flowers, 2005)
La desconcertante y seductora «Flores rotas» narra la vida de Don Johns-ton, un circunspecto mujeriego entra-do ya en los cincuenta, propenso a la depresión y al estoicismo ante la vida y sus conflictos (su joven novia acaba de dejarle), que un buen día recibe una misteriosa misiva de color rosa sin remitente, notificándole la existencia de un hijo desconocido, concebido hace más de dos décadas. Debido a la persistente insistencia de un vecino aficionado a la resolución de casos criminales, Don es obligado a repasar su vida a través de su currículum sentimental, de las mujeres con las que compartió su vida casi veinte años atrás. Un reencuentro con el pasado formulado como sardónica visión de una temática cultural americana tan enraizada a la tradición cinéfila como es el género de road movies, un viaje de búsqueda (también iniciático, en un plano moral) que tiene como soterrado objetivo el hallazgo de la verdadera identidad existencial del sujeto que lo realiza. (Miguel Á. Refoyo, La Butaca)
PATERSON (Only Lovers Left Alive, 2013)
Historia sobre un conductor de autobús y poeta aficionado sobre las pequeñas cosas llamado Paterson, que vive en Paterson, New Jersey. (FILMAFFINITY)
Festival de Cannes: Sección oficial largometrajes a concurso
Asociación de Críticos de Los Angeles: Mejor actor (Adam Driver)
Asociación de Críticos de Chicago: Nominada a mejor actor (Adam Driver)
Asociación de Críticos de Boston: Nominada a mejor guion
«Un film poético sin proponérselo; humorístico sin apelar al gag efectista; sensible sin golpes bajos, (…) Optimista, inocente, relajada y de una extraña belleza, Paterson resultó otra joya de una Competencia Oficial.» Diego Batlle: Diario La Nación
«El nuevo film de Jarmusch (…) hace de la poesía no sólo la vocación de su protagonista sino también la razón de ser de la película toda.» Luciano Monteagudo: Diario Página 12
«Es un filme poético, pero no de manera literal, de actos sencillos que muestran la generosidad del alma. (…) Comedia singular, seductora por su simpleza, increíblemente atrapante por su rutina y ciertamente poética.» Pablo O. Scholz: Diario Clarín
Jarmusch hace una película valiosa, (…) ofrece un cine admirable, impecable, accesible para la empatía, pero poco apto para quienes buscan grandes arcos narrativos o picos emocionales que se graban para siempre en la memoria.» Javier Porta Fouz: Diario La Nación
«El director estadounidense construye, con una simpleza deliberada, un mundo de duplicidad y repetición. (…) Así es también la estructura narrativa de la película, que siempre ofrece dos lados para ver y entender la misma situación.» Juan Pablo Cinelli: Diario Página 12
«La película transforma, a través de la mirada curiosa del realizador, el mundo cotidiano en un lugar a descubrir, y además hace un uso preciso de las palabras sin ser redundante. (…) ★★★½ (sobre 5)» Leonardo D’Espósito: Revista Noticias
«Una serena y adulta reflexión sobre la belleza del ser y estar en el mundo, un día a la vez.» Diego Lerer: MicropsiaCine.com