“Si el cine consigue que un individuo olvide por dos segundos que ha estacionado mal el coche, no ha pagado la factura del gas o ha tenido una discusión con su jefe, entonces el cine ha conseguido su objetivo.”
Billy Wilder.
La cuarta película de los hermanos Coen, Barton Fink (1991), planteaba un Hollywood asfixiante e infernal que oprimía a su protagonista, un escritor de la costa este norteamericana que llegaba a la meca de los sueños en los 40 y sufría un bloqueo creativo, el mismo que los Coen habían padecido en la escritura del intricado guión de su maravillosa De Paseo a la Muerte (Miller’s Crossing, 1990). ¡Salve, César! (Hail, Caesar!, 2016), su film número 17, funciona como su contratara, un trabajo más amable y cariñoso con el Hollywood de antaño, que sin dejar de lado la parodia, recrea momentos que todo cinéfilo guarda en su cabeza. Linkpara seguir leyendo la crítica: http://www.asalallena.com.ar/cine/salve-cesar-segun-sergio-zadunaisky/